La Dama de Elche (Dama d’Elig en valenciano) es un busto íbero tallado en piedra caliza que data de entre los siglos V y IV AC. Mide 56 cm de altura y tiene en su espalda una cavidad esférica de 18 cm de diámetro y 16 de profundidad, que posiblemente servía para introducir reliquias, objetos sagrados o cenizas como ofrendas al difunto. La pieza fue encontrada accidentalmente el 4 de agosto de 1897 por los agricultores Manuel Campello y Antonio Maciá cerca de Elche (Vinalopó) -de ahí su nombre- donde existe un montículo que los árabes llamaron Alcudia (montículo) . El lugar donde se descubrió el busto de la Dama fue un asentamiento íbero y es hoy un yacimiento arqueológico donde se han ido descubriendo numerosas piezas de gran valor, tanto íberas como romanas. La Dama de Elche es la más sublime obra de arte de la cultura íbera, una escultura de esplenderosa belleza, una gran seña de identidad para la ciudad y una pieza de gran valor sentimental para todos los valencianos. La Dama se encuentra secuestrada en el Museo Arqueológico Nacional de España, en Madrid, pese a las numerosas ocasiones en que ha sido reclamada por el pueblo ilicitano su vuelta a casa.
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